Constelaciones sistémicas: caso práctico  

25.01.2024

"Ajustar mi autoexigencia y perfeccionismo para ser más eficiente y productivo en mi trabajo" 

El cliente expresa que se siente atascado en su trabajo, cree que su autoexigencia y perfeccionismo le impiden avanzar y, ser eficiente y productivo, se pierde en los detalles, modificando cada mínimo error o lo que para él es un error, se fija demasiado en los vendedores que dependen de él, si se equivocan o no hacen las tareas correctamente.

El objetivo de la constelación seria explorar estos aspectos suyos, la autoexigencia y el perfeccionismo, y ver cómo gestionarlos.

Propongo empezar con un representante para el cliente y otro para su trabajo.

Me referiré a cada representante por el nombre de lo que representa para facilitar la redacción y la compresión del lector.

El cliente se sitúa en medio de la sala y el trabajo lo mira con curiosidad paseando alrededor del cliente.

El cliente expresa que quiere que el trabajo pare de moverse y le mire a él, expresa la necesidad de tener el control, mientras que el trabajo niega con la cabeza y expresa que él no puede controlarlo.

Surge una disputa entre ellos para ver quien manda, el trabajo expresa que no necesita que nadie le mande o controle, que lo que quiere es jugar y bailar, disfrutar de su tarea, mientras que el cliente dice que no.


Añado un representante para la autoexigencia y otro para el perfeccionismo.

La autoexigencia se pone al lado del cliente y se cogen de brazo, ella le ayuda a tener el control, y ambos miran al perfeccionismo como un objetivo.

Entonces el trabajo se aleja todo lo que puede y no quiere estar cerca de ellos.

Añado un representante de los resultados.

Los resultados se sienten muy importantes y quiere estar al lado del trabajo, pero el trabajo se sienta y ya no tiene energía para mantenerse en pie, está desanimado y cansado de tanta presión.

Entonces el cliente le dice a la autoexigencia: "gracias por ayudarme durante tanto tiempo, tu ayuda ha sido muy valiosa, pero me gustaría probar otros caminos para realizar mi trabajo, te importaría retirarte un poco?"

La autoexigencia asiente y da dos pasos hacia atrás.

Ahora el cliente le dice al perfeccionismo: "gracias por tu incansable ayuda, has sido mi objetivo durante mucho tiempo, pero ahora me gustaría encontrar otra manera de obtener resultados de mi trabajo, podrías retirarte un poco para dejarme espacio?"

El perfeccionismo asiente y da dos pasos hacia atrás.


El cliente ahora puede mirar de nuevo al trabajo, el trabajo se levanta y se acerca a él, le dice: "te he vivido con sacrificio y disciplina y ahora veo que hay otra manera"

El trabajo le dice que no tiene por qué ser aburrido y pesado, que mejor bailar y disfrutar. Le dice que si ellos juegan todo irá bien.

El cliente dice: me gustaría hacer lo que dices, pero no sé cómo hacerlo. Y sigue mirando al trabajo y a los resultados.

El cliente les dice a los resultados: "eres un espejismo, no existes, eres el resultado de mi trabajo, empiezo a verte así y no como un objetivo, quiero mirarte sin expectativas. Las expectativas limitan lo que la vida me ofrece".

El cliente está sorprendido, empieza a entender que el trabajo puede ser agradable, ligero y divertido.

Los resultados han cambiado su forma de estar, al principio se veía muy grande y con un aspecto más material, y ahora se ve más equilibrado, con aspectos más amables como el bienestar y la satisfacción, aspectos que el cliente no contemplaba antes.

La mirada del cliente también ha cambiado, empieza a entender…

Los resultados le dicen: "haz caso a tu intuición, ella sabe".

Ahora la autoexigencia y el perfeccionismo ya no están presentes en la constelación, se han sentado.

Entonces el cliente se abraza al trabajo, y juntos avanzan hacia los resultados, se abrazan también.

Se le ve más ligero, con ganas de bailar.