El niño interior, qué es y cómo atenderlo

06.01.2024

Se utiliza mucho la expresión "el niño interior" cuando hablamos de heridas profundas y como sanarlas. Pero qué es? A que hace referencia? Y, cómo atender a ese niño? La respuesta a estas cuestiones nos dará claridad a la hora de entender nuestra manera de ver el mundo.

¿Qué es el niño interior?

Cuando hablamos del "niño interior", no nos referimos a un pequeño ser literalmente dentro de nosotros, sino a esa parte emocional y vulnerable que llevamos desde la infancia. 

Esa parte interna que llamamos niño interior que experimentó tristezas, miedos, rechazo, incertidumbre y/o hechos traumáticos durante los primeros años de vida. Reconocer y atender a esta parte es esencial para nuestra salud emocional y el proceso de curación personal.

Como adultos es posible que en ciertas situaciones nos sintamos inseguros, o que alguna emoción nos desborde cuando aparece esta parte vulnerable, cuando conectamos con heridas emocionales que puedan haber ocurrido durante la niñez.

Las heridas de la infancia: ¿por qué importan?

Las experiencias de la infancia pueden dejar huellas profundas en nuestra psique. Las heridas emocionales, ya sea por eventos traumáticos o situaciones menos evidentes pero igualmente impactantes, pueden influir en nuestra autoestima, relaciones y comportamientos a lo largo de la vida. Ignorar o reprimir estas heridas no las hace desaparecer; más bien, pueden manifestarse en patrones de conducta negativos o problemas emocionales.

Cómo reconocer y conectar con el niño interior:

  1. Auto-observación: Tómate un momento para reflexionar sobre tus emociones y reacciones ante diversas situaciones. ¿Hay momentos en los que te sientes vulnerable, asustado o necesitas consuelo? ¿Sientes impotencia ante cierta situación o que te sobrepasa? ¿Te sientes bloqueado en algún aspecto?

  2. Recuerdos de la infancia: Reflexiona sobre tus recuerdos de la infancia, tanto los buenos como los desafiantes. ¿Hay situaciones específicas que aún te afectan emocionalmente? o ¿te cuesta recordar? Tratar de olvidar es un recurso útil en los niños para esquivar el dolor.

  3. Diálogo interno: Habla contigo mismo de una manera amable y compasiva. Imagina que estás consolando a tu yo más joven en momentos difíciles. Este diálogo interno puede ayudarte a conectar con tu niño interior.

Cómo atender al niño interior para sanar:

  1. Validación: Reconoce las emociones de tu niño interior como válidas y dignas de atención. Acepta cualquier dolor o tristeza sin juzgar. Asiente a lo que surja acogiéndolo.

  2. Consuelo: Proporciónale al niño interior el amor y el consuelo que pueda necesitar. Esto incluye actividades que te traían alegría en la infancia como bailar, pintar o dibujar, o simplemente tomarte un momento para relajarte y reconfortarte. Hazle saber que es valioso y que lo valoras.

  3. Terapia: La terapia puede ser una herramienta valiosa para abordar y sanar las heridas de la infancia. Si en ocasiones sientes que las emociones se hacen demasiado grandes y te dominan, quizás hay un pequeño tú que necesita ser mirado, que necesita saber que ahora hay un adulto que se encarga de lo que pasó y cuida de él.

Sanar al niño interior no es un proceso rápido ni lineal, pero es un paso crucial hacia una vida más equilibrada y satisfactoria. Al reconocer y atender a esa parte vulnerable de nosotros mismos, podemos transformar emociones que nos limitan en recursos, generando confianza y bienestar en nuestra vida.

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