La silla del terapeuta
A menudo me pregunto cómo puedo contribuir al bienestar de mis clientes, y este texto me parece brillante en su sencillez. Este es mi propósito cuando ofrezco una silla a todos ellos.
"No creo que mi trabajo sea "hacerle algo" a esa persona: ni curarla, ni enseñarle, ni volverla saludable y ni siquiera ayudarla.
Por supuesto que mi intención general siempre es ayudar, pero creo que, si tuviera intenciones especificas de ayudar, arruinaría el trabajo desde el comienzo.
No puedo presumir de saber como ayudar a cualquiera. Lo que aprendí como terapeuta -algo que no sabia antes de empezar este trabajo- es que toda persona es un misterio que jamás llegaremos a comprender por completo.
Los "problemas" que la gente lleva a terapia no son en absoluto problemas, son misterios, y la respuesta a un misterio es completamente diferente de la respuesta a un problema. Un misterio no es algo que debamos resolver, un misterio es algo que solamente debemos honrar, apreciar, contemplar y reverenciar.
La mejor manera que tengo de hacer mi trabajo es ofrecer una silla, semana tras semana, y un espacio libre de intenciones ambiciosas y heroicas".
Extraído del libro de Thomas Moore: El Reencantamiento de la Vida Cotidiana